lunes, 19 de octubre de 2009

...Regrese a mi habitación, ya se hacia de noche y por la pelea estaba cansado, cerré la puerta y me acosté, sabiendo que de menos tendría una noche de paz, no se cuantas horas o días dormí, pero se que cuando abrí los ojos, era de mañana, me levante, pero al parecer me puse de pie muy rápido porque el piso se movía, por lo que tuve que soplarle para que se quedara quieto. Salí de mi cuarto y camine hacia la cocina, como siempre no había nada de comer, por lo que fui a la tienda y conseguí algunos víveres, prepare el desayuno y me vestí, todo parecía estar en orden hasta que tocaron a la puerta.
-¿Tu? exclame cuando la vi, como era posible, si ayer la destroce, o es que acaso solo fue otro de mis sueños, soñar que sueñas y soñar que destruyes a la mujer que amas no es lo mas grato del mundo, pero se que en ese sueño, en esa realidad o lo que fuese, ella no era ella, era un demonio el cual destruí, o eso pienso.

-¿Te sorprende verme?
-No, es solo que siento que no te he visto en mucho tiempo y que tengo ganas de abrazarte
-Tonto, pero si apenas nos vimos antier, ven abrazame, dime que pasa.

Y le conté, le conté de mis visiones, de mis sueños de esas realidades que no son verdad, pero que huelen, se sienten y duelen como si fueran el mundo real. Me escucho, me escucho atentamente y entonces...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario